25 feb 2011

LAS FRANQUICIAS, UN MERCADO QUE VUELA POR LO ALTO EN COLOMBIA

Para muchos la explotación de marcas conocidas de bienes y servicios es la mejor oportunidad de negocio en el país. Pero claro, para quienes tienen un dinero y no saben cómo invertirlo. Quien está dispuesto a hacer la inversión sin correr muchos riesgos y quiere apostarle a un negocio probado que pueda garantizarle unos dividendos, la compra de una franquicia es una buena alternativa. Hoy por hoy, una de las más atractivas es la de Juan Valdez, que ya cuenta con más de 2.000 personas interesadas en invertir en una franquicia del formato de kioskos, cuando apenas en este año quiere seguir su camino hacia la expansión a través de esa figura. El año pasado se crearon 425 franquicias en el país, cifra que representa el 10,33% más que en el 2009, lo que demuestra que se trata de un mercado que vuela alto.

MERCADO EN LA EDAD MODERNA

Tras el Medievo, el desarrollo de la vida económica en los siglos posteriores situó a los mercados dentro de la economía nacional, en una población de menor importancia, y los múltiples derechos que diferenciaban a cada uno de ellos sufrieron las consecuencias de la decadencia del régimen municipal, al cual estaban estrechamente vinculados.
Los intercambios interiores estaban jerarquizados en mercados de jurisdicción más o menos amplia. La mayor parte de los trueques se hacen sobre distancias cortas, del productor al consumidor, en un marco puramente local. Cada ciudad controla su región, asegurándole los productos manufacturados a cambio del avituallamiento necesario. Todo un mundo de mercaderes rurales, recolectores de granos y otros productos de la tierra, de buhoneros, que distribuyen de pueblo en pueblo vestidos, quincallería, especiería, etc. Los almacenes populares y a veces algunos folletos de propaganda reformista, son los instrumentos de este comercio mal conocido pero fundamental.
Las grandes ciudades tienen un radio de acción más importante y una actividad de intercambios más diversificada. La satisfacción de las necesidades de la masa popular y de los nobles exige disponer de grandes cantidades de víveres (París consumía granos, vinos y animales en un perímetro de más de 100 Km.) y la llegada de productos de alta calidad, de origen con frecuencia lejano.
Algunos mercados estaban reglamentados por el poder público. Este es el caso del aprovisionamiento de algunas ciudades (perímetros de compra) y de la importación de algunos productos que debe hacerse por una ciudad determinada: la étape. Con todo, la intervención del Estado no hizo más que crecer desde el siglo XVI, casi siempre por motivos fiscales pero con incidencias económicas: tasas, prohibición, monopolios de importación para determinadas firmas.
Los beneficiados de todo esto eran los comerciantes, que aunque poco especializados, se van escalonando desde el mediocre mercader al detalle de las pequeñas ciudades o el modesto tratante que aprovisiona a aquéllas de granos, al gran negociante que no sólo compra y vende a múltiples agentes situados en los principales centros comerciales del mundo, sino que además se dedica a armar barcos y a la trata de esclavos. Los perdedores de todo esto eran los campesinos, que se veían indefensos ante los derechos feudales, las guerras, las malas cosechas y las epidemias.
Ya en el siglo XVIII, el crecimiento demográfico y la penetración de una economía mercantil en el campo fragmentaron las fincas, y una parte de los campesinos perdió la propiedad de la tierra. Explotaciones más pequeñas supusieron la necesidad de lograr un salario adicional y tener que comprar una parte de las vituallas. El hecho de ser colono implicaba, además de las cargas, pagar una renta, a igual finca, menores ingresos y necesidad de vender parte de la cosecha en o para el pago del arriendo. De todos los aspectos, la producción campesina pasaba más por el mercado, de ahí el aumento de los mismos y de las ferias. Si se consumía vino del Sur era porque se había dejado de producir en el Norte. Poco a poco el autoconsumo fue retrocediendo, la división social del trabajo y la proletarización de la población en estos pueblos está en la base del fenómeno.

18 feb 2011

MERCADEO EN EL ANTIGUO EGIPTO


En una sociedad en la que la mayor parte de la población vivía de la agricultura y sus frutos, el mercado era limitado. Las necesidades de los granjeros eran básicas: grano para hornear pan y fermentar cerveza, pescado seco, verduras, algo de lino para hacer tejidos y ropa básica y ladrillos de barro para sus casas. La comida y el lino podían ser cultivados por ellos mismos. El barro se conseguía en las riberas del río Nilo. Y algunas veces, se producía un excedente que podía ser intercambiado por pequeños lujos.
El trueque
El comercio se realizaba por trueque, un método razonablemente eficiente cuando muchas de las necesidades básicas podían ser intercambiadas. Incluso después de que se introdujese la moneda acuñada en la segunda mitad del primer milenio aC, el trueque continuó siendo la forma más utilizada entre la gente del campo durante siglos.    El grano y el aceite servían a menudo como moneda de cambio. Este uso de los productos alimenticios almacenables tenía sus ventajas y sus desventajas. Si todo lo que uno ganaba era gastado en comida, y no había casi elección para la comida que uno podía escoger, entonces comer lo que uno producía era un sistema menos engorroso que recibir tu sueldo ”en especies” y tener que adquirir la comida después. Durante las hambrunas, que eran bastante frecuentes, uno no se moría de hambre si tenía algunos ahorros; y muchos aldeanos subían en la escala social intercambiando grano de reserva durante los periodos de hambruna.
Por otro lado, almacenar grano requería instalaciones adecuadas. Las pérdidas por las inundaciones, el fuego y las pestes, así como las ratas y los insectos, eran altas. Los almacenes no podían ocultarse, ni de los ladrones ni de los recolectores de impuestos. Los artículos voluminosos eran más difíciles de transportar que los metales preciosos. Si tus necesidades se salían de lo ordinario, debías utilizar enlaces que te consiguieran lo que necesitabas. Las medidas también era una dificultad, ya que las jarras no tenían medidas estándar de tamaño o peso, y las escalas no eran sencillas de conseguir. Así, tal y como sucede hoy día, los negocios iban bien siempre y cuando hubiese buena voluntad y ambas partes fuesen honestas.
V En una sociedad en la que la mayor parte de la población vivía de la agricultura y sus frutos, el mercado era limitado. Las necesidades de los granjeros eran básicas: grano para hornear pan y fermentar cerveza, pescado seco, verduras, algo de lino para hacer tejidos y ropa básica y ladrillos de barro para sus casas. La comida y el lino podían ser cultivados por ellos mismos. El barro se conseguía en las riberas del río Nilo. Y algunas veces, se producía un excedente que podía ser intercambiado por pequeños lujos.
El trueque
El comercio se realizaba por trueque, un método razonablemente eficiente cuando muchas de las necesidades básicas podían ser intercambiadas. Incluso después de que se introdujese la moneda acuñada en la segunda mitad del primer milenio aC, el trueque continuó siendo la forma más utilizada entre la gente del campo durante siglos.    El grano y el aceite servían a menudo como moneda de cambio. Este uso de los productos alimenticios almacenables tenía sus ventajas y sus desventajas. Si todo lo que uno ganaba era gastado en comida, y no había casi elección para la comida que uno podía escoger, entonces comer lo que uno producía era un sistema menos engorroso que recibir tu sueldo ”en especies” y tener que adquirir la comida después. Durante las hambrunas, que eran bastante frecuentes, uno no se moría de hambre si tenía algunos ahorros; y muchos aldeanos subían en la escala social intercambiando grano de reserva durante los periodos de hambruna.
Por otro lado, almacenar grano requería instalaciones adecuadas. Las pérdidas por las inundaciones, el fuego y las pestes, así como las ratas y los insectos, eran altas. Los almacenes no podían ocultarse, ni de los ladrones ni de los recolectores de impuestos. Los artículos voluminosos eran más difíciles de transportar que los metales preciosos. Si tus necesidades se salían de lo ordinario, debías utilizar enlaces que te consiguieran lo que necesitabas. Las medidas también era una dificultad, ya que las jarras no tenían medidas estándar de tamaño o peso, y las escalas no eran sencillas de conseguir. Así, tal y como sucede hoy día, los negocios iban bien siempre y cuando hubiese buena voluntad y ambas partes fuesen honestas.



LA MARCA COLOMBIA PARA MERCADEO

La globalización de los mercados ha hecho que se derrumben muchas fronteras, tanto para exportadores como para importadores, habiéndose generado tratados de libre comercio que favorecen a los firmantes, como lo han demostrado, en la mayoría de los casos. Al mismo tiempo, se han abierto las puertas para los inversionistas del mundo entero, quienes han mirado al país, en nuestro caso, desde muchos ángulos y con muy variados ojos.
Por ello, otrora empresas colombianas ya no lo son desde el punto de vista accionario: Éxito, Avianca, Coltejer, Bavaria, Caracol, etc., son ejemplo de ello. Y han llegado empresas y marcas de todos los sectores: alimentos, restaurantes, almacenes, bancos, automóviles, ropa, café. En fin, hasta en lo que éramos dizque los mejores, encontramos competidores de todo el mundo. Y si hablamos considerando Internet, desde lugares que no sabemos.


11 feb 2011

CONCEPTO GENERAL DE MERCADEO


El concepto de mercadeo ha ido modificándose de una orientación masiva, a lo que se ha dado en llamar mercadeo uno a uno. El mercadeo, como todo proceso, es dinámico y cambia, se modifica constantemente. Este proceso, pese a lo que se crea, no ha ocurrido al mismo tiempo en todos los países, o regiones del mundo. El análisis de un mercado y sus necesidades, la determinación del Producto adecuado, sus características y precio, la selección de un segmento dentro del mismo, y como comunicar nuestro mensaje y la logística de la distribución del producto, son parte del arte conocido como Comercialización, Mercadeo o Marketing.